Yo interpretó 1 Timoteo 2:12 de la misma manera en que la Iglesia Adventista la ha interpretado a lo largo de su historia, y de la misma manera que la mayoría de los teológos lo hace actualmente: Como un mandato dado por Pablo a una iglesia que estaba atravesando situaciones especiales. Un mandato que no puede aplicarse literalmente a otras iglesias en otros tiempos, pero que el principio detrás del mandato si es de mucha utilidad para nosotros.
Piensa un segundo: El texto dice que las mujeres no pueden enseñar ¿Creemos eso nosotros los Adventistas? La respuesta es un rotundo no. La IASD tiene mujeres trabajando como maestras en escuelas, como profesoras en universidades e incluso seminarios teológicos, como instructoras bíblicas, como maestras de Escuela Sabática, etc. En otras palabras las mujeres si enseñan en la IASD.
El texto dice que las mujeres tiene que estar en silencio ¿Creemos en eso nosotros los Adventistas? La respuesta es un firme no. Nuestras mujeres cantan, oran, predican, dan campañas evangelísticas, clases bíblicas, e incluso profetizan dentro de la Iglesia. Dicho en forma simple, las mujeres no están en silencio en la IASD.
El texto dice que las mujeres no pueden ejercer autoridad sobre los hombres ¿Creemos en eso nosotros los Adventistas? La respuesta es un claro no. Hoy en día tenemos mujeres que son directoras de escuelas, hospitales y clínicas, rectoras de facultades, directoras de departamentos dentro de la IASD en todos los niveles, en incluso una de las vice-presidentas de la Asociación General es una mujer: Ella Simons. Actualmente existen alrededor de 3200 mujeres pastoras en la División de Asia Pacífico Norte, alrededor de 120 en La División de Norteamérica, y un número desconocido en otros lugares del mundo. Incluso en 1901 Flora Plummers fue la Presidenta Interina de la Asociación de Iowa. Ni los líderes de la iglesia ni Elena de White se opusieron a su nombramiento. Todas estás mujeres tienen o tuvieron puestos de autoridad eclesiástica sobre hombres y mujeres por igual. Así que concluimos que las mujeres si pueden ejercer autoridad eclesiástica o espiritual sobre hombres.
Como puedes notar en la práctica, como Iglesia no creemos que 1 Timoteo 2:12 se aplica literalmente. No lo hemos hecho y no lo estamos haciendo.
Para entender este texto es necesario hacer más que leerlo, es necesario estudiarlo.
Pablo escribió la carta a Timoteo, que en ese momento era un líder de la iglesia de Éfeso. La iglesia de Éfeso estaba pasando por momentos difíciles. Había sido invadida por “supuestos maestros” que enseñan “doctrinas falsas” basadas en “leyendas y genealogías interminables” (1 Tim. 1:3-4). Estos falsos maestros habían engañado a varias mujeres de la iglesia de Éfeso pues Pablo dice que “algunas ya se han descarriado para seguir a Satanás” (1 Tim. 5:15).
Pablo quería que estás mujeres no enseñen ni tengan puestos de autoridad en la iglesia de Éfeso, para evitar que sus falsas enseñanzas se esparzan aún más. Por eso usa el ejemplo de Eva. Ella no ejerció autoridad sobre Adán, sino que le compartió una enseñanza falsa, es decir, lo instigó a pecar. Pablo quería que las mujeres de Éfeso no hicieran lo mismo que Eva: compartir las falsas enseñanzas que habían recibido a sus pares varones.
Sin embargo, el mandato de Pablo no debía aplicarse literalmente fuera de la iglesia de Éfeso. Claras pruebas de eso es aunque 1 Timoteo 2:12 dice que las mujeres no deben enseñar, Pablo si aprobaba que mujeres pías enseñen en otros lugares. Por ejemplo, a las ancianas de Creta Pablo les dijo que “deben enseñar lo bueno” (Tito 2:3), Priscila –a quien Pablo consideraba como una “compañera en Cristo” (Rom. 16:3)- le enseño el evangelio a Apolos (Hechos 18:26). A la iglesia de Colosas Pablo les ordenó: “instrúyanse y aconséjense unos a otros” (Col. 3:16), sin hacer distinción de género. Y a todos los hebreos, Pablo les dijo “a estas alturas ya deberían ser maestros” (Heb. 5:12), también sin hacer distinción de género.
1 Timoteo 2:12 también dice que las mujeres deben permanecer en silencio, sin embargo en la iglesia de Corinto Pablo permitía que las mujeres oren y profeticen en voz alta en la iglesia (1 Co. 11:5), a la iglesia de Colosas les dijo que “canten salmos, himnos y canciones espirituales a Dios, con gratitud de corazón” (Col. 3:16), sin hacer distinción de género. Así que es claro que Pablo no quería que en las demás iglesias las mujeres estén en silencio.
La Biblia nos muestra que la instrucción de 1 Timoteo 2:12 fue dada a la iglesia de Éfeso en circunstancias especiales. Esa orden no era obedecida en otras iglesias pues las mujeres enseñaban y no estaban en silencio y tampoco debería ser aplicada literalmente hoy en día.
Para terminar solo quiero compartir un dato interesante. Mientras que 1 Timoteo 2:12 es el texto bíblico principal utilizado contra el ministerio de las mujeres, es curioso que Elena de White, en sus 100.000 páginas de escritos y en sus más de 70 años de ministerio, NUNCA citó, mencionó, hizo referencia, comentó ni parafraseo 1 Timoteo 2:12. Eso nos dice que tan importante es ese texto para ella, y que tan importante tendría que ser para nosotros.